Se avecinan cambios y bajadas de temperatura y está comprobado que ir a la ducha en pleno invierno u otoño es como correr por una cuesta hacia arriba. Es imprescindible tener calefacción o cualquier aparato que nos pueda aportar un poco de calor para los días de mucho frío. Uno de los puntos importantes es el baño ya que necesitamos que caliente la habitación con el menor tiempo posible y consumir lo mínimo.
A continuación te presentamos 3 tipos de aparatos en el caso que decidas instalar uno en el cuarto de baño. De este modo, sabrás cual de los tres te conviene según las características y necesidades de uno mismo.
Los radiadores eléctricos
Una de las ventajas que a simple vista podemos percibir es que se trata de un aparato que se puede utilizar en el momento que más lo necesite, aumentando la efectividad y reduciendo sus costes. Se controlan de manera individual y solo tiene una única inversión económica que se realiza en el momento de la compra aunque esta sea más elevada que otros productos.
Se trata de una instalación sencilla y económica para aquellos hogares que no puedan o quieran realizar un elevado consumo de luz.
Calefactores eléctricos
Se trata de uno de los aparatos más sencillos y fáciles de instalar. Puede transportarse de manera muy cómoda y son muy económicos. Sin embargo, uno de sus inconvenientes principales es que consume mucho energía por lo tanto debe utilizarse durante muy poco tiempo.
La ubicación de los dos aparatos anteriormente nombrados depende del baño en cuestión. Es aconsejable que no se sitúe cerca del plato de ducha o bañera por precaución. También, es importante no dejar sobre ellos cualquier textil, ya sea una toalla o ropa puesto que podría ocasionar un accidente.
Toalleros de última generación
Aportan una temperatura cálida al cuarto de baño y elimina las humedades en albornoces y toallas. Además, puede funcionar conectado a una caldera de radiadores convencionales o de forma electrónica. No ocupan espacio y se sitúan en las paredes o debajo de las ventanas.
El mantenimiento de los radiadores eléctricos es muy simple, tan sólo hay que pasar un trapo por encima de ellos. A diferencia de los de agua que necesitan una purga periódica.
¿Cuál de los tres eliges para tu cuarto de baño?